CÓMO AFRONTAR UNA SEPARACIÓN CON HIJOS DE POR MEDIO
La separación o divorcio siempre
produce un alto impacto emocional en los hijos. Las reacciones y sentimientos
de los niños dependen de diferentes factores: edad, explicaciones recibidas,
continuidad de la relación con ambos progenitores, acuerdos o desacuerdos entre
los padres, grado de agresividad entre los mismos, intervención de otros adultos, etc.
Cuando
ocurre la separación, a veces los adultos sienten que son los que más sufren en
ese proceso, sin embargo las mayores víctimas son los hijos. Por ello, es importantísimo que ambos progenitores tengan un
objetivo en común por encima de todos los problemas de pareja: que los niños continúen
creciendo felices y más en el caso de padres con hijos pequeños, pues les
espera una larga tarea de crianza por delante.
6 cuestiones claves a tener en cuenta en los procesos de separación con
hijos de por medio
- La culpa: la culpa puede estar presente en uno de los padres o en
ambos. Eso es totalmente natural y se va diluyendo en la medida en que las
cosas van normalizándose. Menciono esto porque
por lo general la culpa les vuelve incompetentes a los padres para cumplir con
sus funciones, y eso es lo que no debemos permitir. Por ej.: el papá se queda a dormir en la casa con
frecuencia porque siente culpa de abandonar a sus hijos. Lo único que
logramos con esto es confundir más a los niños. La mamá los sobreprotege dándo a sus hijos gustos que antes no les
daba. Por ej. si una regla en la casa es comer sin ver televisión, ahora les
deja ver la televisión al comer. Lo único que hacemos es romper límites que
mucho costó conseguir con ellos.
- Los hijos no son objetos: entonces no debe establecerse una lucha
de posesión o de propiedad. Tenemos que lograr todo lo contrario, tienen que
luchar por la libertad de los niños. Acordar con antelación qué es lo
que van a hacer los niños. Por ej. el
papá quiere llevarlos a tomar helado un domingo por la tarde, pero uno de ellos no
quiere ir y prefiere quedarse en la casa. Si el niño no quiere ir, se debe respetar eso.
- Ambos son importantes, mamá y papá: Sus hijos
los necesitan a ambos, ninguno es más importante que el otro. Ninguna otra persona puede darles a sus hijos lo que ellos
necesitan, solamente los padres. Para ellos, los padres son únicos e
irremplazables, por lo que es importante en todo momento valorar el rol del
otro progenitor.
- Tus hijos no tienen que elegir: tener que elegir entre papá y mamá
significa una situación traumática. Siempre se tiene en
cuenta el interés superior del niño, y por lo general la custodia la obtiene la
madre, a menos que ésta sea incapaz de atender las necesidades de su hijos. Cuando los hijos crecen, pueden llegar a elegir pero esto debe darse
de la manera más natural posible.
- No involucres a tus hijos en el conflicto: esto es indispensable!.
Se debe evitar discutir con la expareja o hablar de forma negativa sobre ella
frente a los hijos.
- Contacto: ambos deben mantener un diálogo regular, por ej., una llamada telefónica semanal, que les
permita tomar las decisiones correspondientes a la vida de sus hijos. También es
importante mantener contacto con la
escuela, informar de la situación para que estén atentos ante cualquier
cambio de conducta, etc.
¿Qué decir a los hijos?
Resulta de vital importancia conversar con los hijos desde el principio,
sea la edad que tengan. En este punto, quiero resaltar lo que la mayoría
de los progenitores hacen al principio: mentir. “papá se fue de viaje”, “papá ahora trabaja por las noches por eso
ya no viene a dormir”. Las mentiras definitivamente agravarán con el tiempo el daño en los
hijos.
No se puede subestimar la
capacidad de los niños de entender lo que está sucediendo, recuerden que ellos
perciben todo, saben leer el rostro, los silencios y los sentimientos de sus
padres.
Entonces, se debe dar explicaciones
a los hijos desde el inicio, de manera sencilla y concreta, utilizando el
lenguaje con el que se manejan todos los miembros de la familia. Además, cabe
señalar que la conversación debe darse en el momento menos emotivo posible, así
los padres podrán transmitir seguridad a los hijos. Se debe dejar en claro que
la decisión y la responsabilidad es de los padres y de nadie más, que el amor
hacia los niños no cambia, y que la separación es definitiva. Este último punto
debe resaltarse, pues así se evita dar esperanzas de que la pareja pueda volver
en un futuro (aún cuando esto sea posible).
El mensaje principal es que la pareja se ha
roto, pero esto no implica que se rompa también la familia. La familia sólo se
transforma pero no desaparece.
¿Cómo decir?
Les
dejo un ejemplo:
Papá y mamá tomamos una decisión
que es dolorosa para nosotros y sabemos que para ustedes también, pero lo
hemos decidido los dos. A partir de ahora vamos a vivir en casas
diferentes, nos vamos a separar. Aunque
entre nosotros sigue habiendo cariño y buenos recuerdos, pero ahora estaremos mejor viviendo en casas
separadas, por ejemplo como los abuelos (la tía u otras personas cercanas
al niño) que nos quieren mucho pero no viven aquí.
Nosotros les amamos muchísimo a ustedes y eso no va a cambiar. Aunque ya
no vivamos todos juntos, los dos les vamos a seguir queriendo mucho y les vamos a seguir cuidando juntos.
Ustedes no tienen ninguna responsabilidad en esta decisión, esto es responsabilidad de papá y mamá.
Ustedes van a vivir con mamá, y papá va a ir a otra casa pero van a verle
cuando quieran.
También tienen que saber que esto
es definitivo. Mamá y papá conversaron mucho y no hay posibilidad de volver
como esposos.
Pensamientos, sentimientos y reacciones de los hijos
Cuando los padres se separan,
los niños reaccionan de diversas maneras según la edad que tienen, aunque un
aspecto determinante también es la personalidad de cada uno. Debido a que existen demasiadas
variables que pueden establecer la forma en que cada niño expresa su malestar
ante la ruptura de sus padres, es que se aconseja la intervención de un profesional psicólogo en estos casos. A continuación señalo posibles
patrones de comportamiento por etapas:
DE 1 A 3 AÑOS.
-Miedos.
-Llantos constantes.
-Irritabilidad.
-Dificultad para dormir.
-Necesitan la presencia física
de los padres. Temen estar lejos de su mamá o su papá.
DE 3 A 6 AÑOS.
-En esta etapa son egocéntricos,
por lo que es común que se culpen y se sientan responsables de la separación.
-Llanto y mucha tristeza.
-Regresiones, vuelven
conductas ya superadas, por ej. hacer pipí en la cama (eneuresis), chuparse el
dedo, etc.
-Pesadillas frecuentes.
-Inseguridad.
-Irritabilidad o conductas
agresivas.
-Alto nivel de ansiedad.
-Problemas de conducta en la
escuela.
-Manifiestan su sufrimiento a
través de dolores de cabeza, de estómago, etc.
-Sienten mucha confusión
acerca de la situación.
-Mantienen la fantasía de que
sus padres volverán a vivir juntos.
DE 6 A 12 AÑOS.
-Idealizan al papá (que se ha ido) y
agreden a la mamá (con quien conviven).
-Preocupación por el
padre que se va, no importa cómo haya sido su relación con él,
en otros casos sienten que
el padre que se va de la casa los abandona a propósito.
-Desean volver a unir a sus
padres.
-Desatención,
dificultades para concentrarse en el juego y en las tareas escolares.
-Pueden convertirse en
"cuidadores" de uno de los padres.
-Niegan la tristeza y la
incomodidad.
-Pueden tornarse demandantes
para compensar lo que les falta, por ej. piden regalos.
-Llanto fácil, pesadillas,
dolor de panza o de cabeza, eneuresis.
ADOLESCENCIA
-Ocultan sus verdaderos
sentimientos y pensamientos, y se muestran como neutralizados acerca de la
situación.
-O se tornan rebeldes,
desobedientes, a veces hasta con conductas agresivas.
-Les cuesta aceptar la
separación.
-Están distantes de sus padres
debido a que su centro es el ámbito social, sus amigos, compañeros de colegio o
facultad.
-Les preocupa mucho lo que su
entorno social puede pensar sobre la situación.
-Sentimientos de profunda tristeza
o de mucho enojo contra uno o ambos padres.
-Actitudes agresivas o conductas
de riesgo (alcohol u otras sustancias).
-La situación económica les
genera mucha preocupación.
-Promiscuidad.
-Necesidad de vincularse a una
pareja aún cuando no posee capacidad para mantener una relación estable.
-Baja autoestima.
Si
estás pasando por una separación o divorcio y no estás pudiendo manejar la
situación con tu expareja e hijos, no dudes en buscar ayuda. Un psicólogo podrá
ayudarte a concentrate en lo esencial. Además de dotarte de
habilidades para reducir el impacto para no atraer daños
irreversibles en el desarrollo evolutivo de tus pequeños.
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