EL PODER DE LA ARENA!
El juego es una actividad indispensable para el desarrollo integral del niño, y cuando hablamos de juego, uno de los preferidos de los niños es sin duda la arena.
Rebozarse en la arena es una de las actividades que más difruta un niño. Y si le añadís un poco de agua, se vuelve verdaderamente mágico!.
Rebozarse en la arena es una de las actividades que más difruta un niño. Y si le añadís un poco de agua, se vuelve verdaderamente mágico!.
Además de diversión, la arena también ofrece muchos beneficios para nuestros pequeños, en todas las áreas de desarrollo, por ello es ideal que los niños puedan tener la oportunidad de usar arena y agua en forma diaria. A continuación señalaré 10 aspectos:
Beneficios de jugar con la arena
- Desarrollo sensorial: Los niños aprenden más que nada a través de los sentidos. Sentir la textura de la arena en los pies, escuchar crujir los granitos al frotar arena entre las manos, oler la tierra mojada al derramar agua sobre la arena... jugar con arena definitivamente contribuye a la estimulación de todos los sentidos.
- Desarrollo de psicomotricidad fina: Los niños activan su habilidad motora y destrezas con las manos con juegos que precisan movimientos, como usar las palas, los rastrillos, apretar la arena dentro de los moldes y manejar la arena con los dedos.
- Desarrollo de psicomotricidad gruesa: No es fácil moverse en la arena, sentarse, levantarse, caminar, correr, escarbar, saltar, alzar el balde lleno de arena, son ejercicios fabulosos para activar el sistema muscular y óseo de los niños.
- Desarrollo social: El arenero les permite interactuar con otros niños, sea en la casa con los primitos y amiguitos, en el parque o en la escuela con otros niños. Es un espacio que favorece el aprendizaje de valores como compañerismo, trabajo en equipo y de comunicación, aprenden a compartir, a esperar su turno y a negociar.
- Desarrollo cognitivo y pensamiento lógico matemático: Al llenar los baldes o moldes aprenden conceptos nuevos como lleno, vacío, mitad, seco, húmedo; pueden apreciar los volúmenes y las formas. Además, al jugar con piedras, nutren la habilidad de contar.
- Desarrollo del lenguaje: Al esmerarse en construir algo en arena, los niños comparan los resultados entre sí y hacen preguntas, interactuar con otros conlleva necesariamente a un aumento del vocabulario.
- Desarrollo de la lectoescritura: Usar un palito, una rama o los propios deditos para hacer trazos o escribir letras en la arena es algo que hacen los niños de manera natural, y podés aprovechar para reforzar el aprendizaje de la lectoescritura.
- Desarrollo artístico y creativo: Al jugar con la arena los niños construyen formas, utilizan diversos elementos para convertir un castillo, un puente, hasta hacen moldes de personas o lo que su imaginación les dicte. En definitiva, desarrollan su capacidad de crear.
- Seguridad: Según estadísticas, 3 de cada 4 accidentes de niños en los espacios de juego son por caídas. En superficies como la arena, difícilmente esa caída pueda resultar en algo trágico. Por esto, el arenero es un espacio ideal para el entretenimiento de los niños.
- Contacto con la nasturaleza: La arena atrae a los niños como un imán y, al ser un elemento natural, nos conecta con el medio ambiente, lo cual permite a los niños comprender la importancia de los recursos del entorno.
Te preguntarás a partir de qué edad los niños pueden jugar con la arena, pues normalmente desde los 10 meses un bebé ya está preparado para jugar en un arenero, algunos inclusive antes.
¿Cuál es el rol del adulto, en el juego con arena?
Como papá, mamá o maestra, lo que tenés que hacer es:
- Dejar que el niño explore, descubra, experimente y aprenda por sí solo.
- Guiarlo las veces que considerás que podés aprovechar para introducir nuevos aprendizajes en cuanto a conceptos.
- Promover el juego con arena como algo alegre, dinámico y participativo.
- Al finalizar el juego, es provechoso tener una rutina de ordenamiento de juguetes y limpieza del lugar. Así reforzás en el niño la responsabilidad en cuanto al cuidado de su espacio de juego.
- Dejar que el niño explore, descubra, experimente y aprenda por sí solo.
- Guiarlo las veces que considerás que podés aprovechar para introducir nuevos aprendizajes en cuanto a conceptos.
- Promover el juego con arena como algo alegre, dinámico y participativo.
- Al finalizar el juego, es provechoso tener una rutina de ordenamiento de juguetes y limpieza del lugar. Así reforzás en el niño la responsabilidad en cuanto al cuidado de su espacio de juego.
No prives a tus hijos de disfrutar de esta poderosa actividad!
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