DESARROLLO SALUDABLE DE LA AUTONOMÍA EN NIÑOS



Un recién nacido es un bebé dependiente en todo sentido, con necesidades indispensables de alimentación, protección y supervivencia. Este bebé luego se convierte en un niño con emociones y sentimientos complejos, con habilidades e independencia, lo cual lo logra principalmente gracias a su relación con sus padres.

Erickson identificó 8 etapas de desarrollo del ser humano, cada una debe cerrarse con éxito de manera a que no genere problemas en el futuro. La etapa de la Autonomía, abarca el periodo comprendido entre los 18 meses y los 3 años de edad y se caracteriza por pasar de un control externo (donde los padres atienden 100% las necesidades del bebé) a un autocontrol (donde el bebé tiene más conciencia de sí mismo y un sentido de control personal).

Entonces, a esta edad los niños expresan voluntad propia, quieren poner a prueba su individualismo, sus propias ideas, y quieren tomar decisiones propias. Estas conductas generalmente se presentan como negativismo, tienden a decir o gritar “NO” para resistirse a la autoridad y ejercitar su propia preferencia. Por ej. al decirle “vamos a comer” su respuesta es “¡NO!”, “vamos a cepillar los dientes” su respuesta es “¡NO!”. Es aquí importantísima tu intervención como mamá o papá, para ayudar a tu hijo a autocontrolarse y encontrar disfrute y sentido a cada actividad. Pero, cómo lo hacés?.

Recomendaciones para fomentar positivamente la autonomía en tus hijos:
- Sé el ejemplo. Los niños aprenden observando más que escuchando nuestros consejos. Por lo tanto es necesario concentrarnos en nuestras propias acciones.
- Todo lo que se enseña con amor, se aprende mejor!. Es importante NUNCA forzar a tu hijo. Todo aprendizaje debe ser una experiencia agradable y debes mostrar respeto a tu hijo. Solo sugerí algo con amabilidad, tentálo de manera divertida y ya verás que va a mostrar interés.
- Cuando quiera realizar una actividad por su cuenta, demostrale confianza y dale la libertad necesaria. Dejálo participar de tus actividades y evitá sobreprotegerlo al hacer todo por él.
- Siempre reforzá positivamente su esfuerzo y sus logros. Utilizá frases como: “vos podés”, “sé que vas a lograrlo”, “lo hiciste”, “¡muy bien!”, “¡estoy orgullosa de vos!”, etc.
- Utilizá el juego y las canciones como herramientas para el aprendizaje de tu hijo. A la hora del baño podés cantarle “la canción del baño” donde se cita cada parte de su cuerpo.
- Aprovechá de manera espontánea las actividades cotidianas para explicarle paso a paso los hábitos que luego él deberá hacerlo solo. Esto podés hacerlo desde los primeros meses de vida, así tu bebé estará familiarizado con la actividad. Por ej. lleválo contigo cuando te cepillás los dientes, explicale lo que harás, dale su cepillito y tentálo a que haga lo mismo.
- Si bien es válido como criterio tener en cuenta su edad cronológica para enseñar aquellos hábitos adquiridos por sus pares, ten en cuenta que cada niño aprende a su ritmo. Observálo y conocélo, dale poco a poco pequeñas responsabilidades que está a su alcance realizar.
- Ante todas las actividades, siempre es importante tu presencia para supervisar y guiar.

¿Cuáles son los hábitos que debés introducir en la conducta de tu hijo?

- El principal protagonista en esta etapa es el entrenamiento para el control de esfínteres, es un verdadero desafío.
- Todo lo que se refiere a higiene personal como: lavarse las manos, cepillarse los dientes, bañarse, peinarse, usar los productos de higiene (talco, crema, perfume).
- Ampliar el vocabulario y fortalecer el lenguaje, esto hace que se sientan más seguros, pues son capaces de expresar sus deseos con palabras y hacerse entender.
- Comer solo, utilizar los cubiertos, respetar los horarios y el lugar de las comidas.
- Vestirse solo, ponerse los zapatos, guardar y quitar sus prendas del guardarropa.
- Las actividades del hogar son perfectos aliados para desarrollar la autonomía, por ej. juntar las hojas del patio, regar las plantas, llevar la cesta de sus ropitas sucias hasta el lavadero, ordenar sus juguetes, poner la mesa, etc.
- Hábitos de interacción social como: saludar y despedirse, decir gracias y por favor, pedir prestado un juguete, respetar su turno en el juego, etc.

Esta etapa puede ser muy estresante para los padres, porque andamos apurados y normalmente hacemos las cosas más rápido que nuestros hijos, pero es imprescindible darles tiempo para pensar, elegir, decidir y actuar, así permitiremos que los niños alcancen la autonomía de manera saludable. El objetivo principal es que tu hijo sea autónomo, capaz de realizar por sí mismo actividades propias de los niños de su edad. De esta manera será un niño seguro y responsable, capaz de asumir riesgos y tomar decisiones, además de construir una buena autoestima.

Si observás que tu hijo tiene poca autonomía, es mayormente dependiente y con poca iniciativa, recurrí a un profesional para recibir ayuda. La falta de resultados produce en el niño sentimientos de vergüenza y duda, y más adelante puede presentar problemas de aprendizaje y de relacionamiento con los demás.

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